miércoles, 21 de abril de 2010

También los alemanes piden que sus víctimas los perdonen

Berlín, 20 Abr (Notimex).- El obispo de Augsburgo, Walter Mixa, quien desde hace varios días ocupa las primeras planas de la prensa alemana por supuestos maltratos cometidos contra menores en décadas anteriores, pidió perdón a los afectados.

Mixa presentó su disculpa en un comunicado que dio a conocer este martes la sede episcopal de Augsburgo, tras una reunión extraordinaria del consejo de sacerdotes.

El anuncio episcopal se presenta en momentos que la opinión pública en Alemania centra la atención en la Iglesia Católica, luego que en meses anteriores se hicieron públicos diversos casos de pederastia cometidos en décadas pasadas en varios colegios religiosos alemanes.

El obispo alemán manifestó su consternación por las bofetadas que propinó en algún momento, y en ese marco solicitó el perdón de los afectados, al tiempo que declaró que le duele de corazón y le da lástima haber causado penas a mucha gente.

El portavoz del consejo de sacerdotes en Augsburgo, Bernhard Ehler, indicó que la sede episcopal se encuentra en una situación difícil y que el obispo Mixa se ve expuesto a duras críticas.

Ehler declaró que el consejo constituido por 35 sacerdotes deliberó sobre las acusaciones lanzadas contra el obispo referentes al uso de violencia contra menores, así como al mal uso de fondos.

Aclaró que los sacerdotes manifestaron por su parte al obispo su gran preocupación por la credibilidad de la Iglesia entre los creyentes, al tiempo que informó que se realizarán todas las averiguaciones necesarias para esclarecer las acusaciones contra el obispo.

El portavoz sostuvo que Mixa aseguró que colaborará con dichas averiguaciones. Un abogado revisará las acusaciones respecto a la supuesta malversación de sumas elevadas procedentes de fundaciones de ayuda cuando el obispo fungió como sacerdote.

Las acusaciones sobre el maltrato de menores se refieren a las décadas 70 y 90, cuando Mixa fungió como sacerdote en la localidad de Schrobenhausen, en el sur de Alemania, así como presidente del consejo de administración de la fundación del orfanato en esa entidad.

Mixa rechazó en un principio de forma tajante las acusaciones en su contra, según las cuales supuestamente golpeó a niños del hospicio, si bien días más tarde aceptó haber abofeteado a los menores en varias ocasiones.

Mientras continúa la polémica sobre la dimensión del supuesto uso de violencia por parte del obispo alemán, es decir si sólo se trató de bofetadas o si golpeó de forma más fuerte a los menores.

Un grupo de personas, que vivieron en el orfanato de Schrobenhausen en ese tiempo, presentó una declaración bajo juramento en la que acusa a Mixa de ataques masivos de violencia.

El obispo causó asimismo gran polémica en semanas anteriores, tras haber declarado en entrevista con la prensa que los casos de pederastia dentro de la Iglesia católica fueron en parte resultado de la revolución sexual que asumió la sociedad en los años 60 y 70.

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