jueves, 22 de abril de 2010

La polémica de la pedofilia atrapa a la Iglesia latinoamericana

Por Ana Inés Cibils

MONTEVIDEO, 22 Abr 2010 (AFP) - La Iglesia católica latinoamericana, que reúne a la mitad de los fieles del mundo, se ve atrapada por el escándalo de la pedofilia y optó por responder con demandas de perdón y acusaciones a la masonería y al demonio de estar tras una campaña contra el Vaticano.

El cardenal colombiano Darío Castrillón dijo el jueves que no se arrepentirá "nunca" por el apoyo que dio a un obispo francés que no denunció a un sacerdote pederasta y aseguró que hay una "persecución contra la Iglesia", acusando a la masonería de estar tras esa campaña.

"No me da miedo decir que en algunos de los casos está por dentro la masonería, unida a otros enemigos de la Iglesia", dijo el cardenal, uno de los primeros purpurados latinoamericanos designados por el fallecido Juan Pablo II para trabajar en la Curia Romana.

"Lástima que haya idiotas útiles adentro que se prestan para este tipo de persecución", agregó, en declaraciones desde Roma a la radio RCN de Bogotá.

En el centro de la polémica en los últimos días, Castrillón fue reemplazado este jueves en una misa que debía oficiar el sábado en Washington para celebrar el quinto aniversario del pontificado del papa Benedicto XVI.

También el cardenal peruano y arzobispo de Lima, Juan Luis Cipriani, consideró recientemente que hay una campaña internacional contra el Papa: "Esto es obra del demonio, aunque se rían los periodistas", aseguró Cipriani, figura señera del Opus Dei en América Latina.

A principios de abril el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) acusó a algunos medios de comunicación internacionales de divulgar "reconstrucciones falsas" y "calumniosas" sobre la actitud de Benedicto XVI frente a los casos de abusos de menores.

"El Papa ha siempre mostrado un gran valor" para enfrentar esos problemas, afirmó un comunicado del CELAM publicado por el diario del Vaticano, L'Osservatore Romano y firmado por el arzobispo brasileño Raymundo Damasceno Assis.

Brasil, el país con más católicos del mundo, ha sido el más salpicado en las últimas semanas por denuncias de pedofilia.

En marzo el Vaticano reconoció que tres sacerdotes eran sospechosos de abusar de menores y estaban siendo investigados.

El principal escándalo se desató cuando un programa de televisión divulgó una filmación con cámara oculta que mostraba al sacerdote de 84 años Luiz Marques Barbosa recibiendo sexo oral de un joven delante de un altar, en el estado de Alagoas (noreste). La diócesis local lo apartó del cargo poco después y ahora cumple prisión domiciliaria.

Tres ex monaguillos denunciaron abusos de otros dos sacerdotes que también fueron apartados de sus cargos.

El obispo local, monseñor Valerio Breda, pidió "perdón en nombre de la Iglesia" a los fieles, en una actitud similar a la de las jerarquías de otros países de la región, donde en gran parte de los países hasta el 80% de la población se declara católica.

"No hay lugar en el sacerdocio para quienes abusan de menores y no hay pretexto alguno que pueda justificar este delito. (...) les pedimos perdón, y les exhortamos a comunicarnos estos hechos", expresó el martes el presidente de la Conferencia Episcopal Chilena, monseñor Alejandro Goic.

En Chile son 20 los casos conocidos en el país de sacerdotes vinculados con pederastia, cinco de ellos condenados por la justicia, indicó Goic.

Una semana antes había sido la Conferencia del Episcopado Mexicano la que pidió perdón por los abusos sexuales perpetrados por sacerdotes, incluido el fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel, cuyos crímenes fueron admitidos en marzo por su congregación.

Los obispos se comprometieron a permitir que "autoridades civiles intervengan y hagan cumplir la ley" en casos actuales y del pasado.

Aunque el escándalo se ha agudizado en los últimos meses, las noticias de casos de pedofilia en el seno de la Iglesia no son nuevas en la región.

En Argentina cinco sacerdotes argentinos fueron condenados por abuso sexual desde 2002, con penas de ocho a 24 años de prisión, mientras que un obispo renunció al verse envuelto en escándalos sexuales.

En el caso más reciente, en diciembre, fue condenado a ocho años de prisión el ex arzobispo de Santa Fe, monseñor Edgardo Storni, el de mayor cargo jerárquico entre los victimarios, por abuso sexual contra un seminarista en 1992.

El año pasado el sacerdote Julio César Grassi fue condenado a 15 años de prisión por abuso sexual y corrupción de un menor en una fundación de niños desamparados.

Costa Rica aún no se ha repuesto del escándalo protagonizado por el cura Enrique Delgado, sacerdote famoso por dirigir el popular programa televisivo "La hora santa" y condenado en 2005 a 12 años de cárcel por abusos deshonestos a tres menores de edad.

También en 2005 las víctimas del sacerdote italiano Marcos Dessi lo denunciaron por abusos sexuales contra niños huérfanos de una misión que el sacerdote dirigía en Chinandega, en el noroeste de Nicaragua. Dessi fue condenado en Italia a 12 años de prisión.

En Paraguay, un grupo de ex miembros de la pastoral de la diócesis de Ciudad del Este, en la Triple Frontera, denunció al obispo local, monseñor Rogelio Livieres, por encubrimiento a un sacerdote acusado de abuso de un adolescente.

En Venezuela, donde no se han registrado denuncias, Luis Armando Tineo, obispo auxiliar de Caracas, manifestó a la AFP "su rechazo más profundo a este tipo de actuaciones".

Añadió que si bien "cada acción es injustificable, tampoco podemos caer en
la sensación de que es una epidemia".

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